miércoles, 6 de junio de 2007

París III: La Plaza de la Concordia.


Hacía mucho tiempo que no os hablaba de mi viaje a París , así que ya es hora de retomar la visita a esta preciosa y oscura ciudad. Si os estáis planteando viajar a “la ciudad del amor” (o bien, a “la ciudad del no amor”, porque cuando llegas al hotel el dolor de pies por las largas caminatas es tan insoportable que no te apetece más que dormir, dormir y dormir), una buena opción es viajar en avión. Si tenéis la suerte de vivir cerca de un aeropuerto que cuente con vuelos de Click air, lo haréis por muy poco dinero: para que os hagáis una idea, dos billetes de ida y dos de vuelta, con tasas incluidas, nos costaron unos 115 euros, así que estad pendientes, reservad con tiempo y viajad barato.

En esta serie de post sobre París, habíamos visitado ya la Torre Eiffel, la Defense y el Arco del Triunfo. Si no os queréis dejar nada por ver, un recorrido posible y que os llevaría todo un largo día, podría comenzar en la Defense, desde allí, en metro llegar al Arco del Triunfo, y, caminando llegar hasta la plaza de la Concorde. El paseo es muy agradable, puesto que la avenida que une el arco con la plaza es la de los Campos Eliseos, de modo que imaginad que encontrareis por allí: tiendas, tiendas, tiendas… Algunos consejillos:
  • No dejéis de visitar la tienda de Peugeot, encontrareis versiones muy originales de coches que todos conocemos, yo me quede impresionada con el 307 monovolumen que estaba decorado en estilo Luis XV, con sus sillones troquelados, su tapicería bordada.
  • En los Campos Eliseos no hay un solo restaurantes barato. Supongo, además, que ya sabéis el precio de un café en cualquier cafetería parisina, de modo que, si os apetece descansar un ratito tomando un café en los Campos Eliseos, aprovechad la terrada de McDonalds.
  • Si vais a París pero no pensáis visitar Eurodisney, tenéis que entrar a la tienda que Disney tiene en esta avenida. Acabareis comprando muñequitos, trajecitos y millones de tonterías para los niños de la familia, pero, por lo menos, durante un ratito sentiréis la magia del mundo de fantasía de Disney.


Así que, cargados de bolsas llegareis a la Plaza de la Concordia. Sin duda, lo que más impresiona en ella es el obelisco egipcio que esta justo en el centro. Es, sin discusión, el monumento más antiguo de París. Una leyenda cuenta que fue un encargo de Josefina a su esposo, Napoleón, cuando éste salio a conquistar Egipto en 1798. Verdad o no, lo cierto es que este obelisco egipcio erigido por Ramses II acabó aquí, en París. Lo cierto es que el ingeniero naval Jean-Francois Champollion, que consideraba que este obelisco de Luxorestaba en peligro de destrucción, propuso trasladarlo a la capital de Francia, como, en definitiva, era deseo de Napoleón. Tras un periodo de conversaciones, las autoridades francesas y egipcias se pusieron de acuerdo, y, el 22 de octubre de 1836, se erigió en esta plaza ante 200.000 personas.

La vista desde la Plaza de la Concorde es maravillosa: enfrente: el Arco del Triunfo, a la izquierda, el Sena y la Torre Eiffel; detrás, los “afrancesados” jardines de Tuileries (repletos de fuentes, estatuas...; y, a la derecha, la iglesia de la Madeleine.

Para llegar a la Madeleine, pasamos por las calles que comprenden una de las zonas comerciales de alto standing, imaginad qué tipo de tiendas veréis por allí. Bueno, y si os apetece poder contar a vuestros amigos que habéis comido en uno de los restaurantes más famosos del mundo, hacedlo en Maxim΄s, que está en esa calle.

La iglesia de la Madeleine, os llamara muchísimo la atención por su arquitectura clásica, como si se tratara de un templo griego, de hecho, hasta que uno no entra en ella, no es consciente de que es una iglesia. Se construyó 1764 como iglesia católica, pero, durante la Revolución francesa y los años posteriores, se utilizó como Templo homenaje a la Gran Armada, tuvo esa función hasta la construcción del Arco del triunfo en 1842, año en el que volvió a tener las funciones de iglesia católica.

Y tras otro agotador día, al hotel, ¿quién dice que esa noche París no pueda ser Ciudad del Amor…?

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