jueves, 16 de julio de 2009

Será chico y se llamará Fran.

Estoy en la semana 24. Antes de estar embarazada, cuando alguien me decía que estaba de tantas o cuantas semanas, nunca era capaz de saber de cuánto tiempo se trataba. Así que os aclaro: un poquito más de cinco meses y medio.
Fran está creciendo y mi barriga también. Ya empiezo a ser un escarabajo que no puede levantarse cuando se tumba boca arriba. Esto es algo secundario, lo importante es que, desde hace unas semanas, noto cómo se mueve y lo nervioso que le pone que coma cosas dulces. Es ahora cuando me he dado cuenta, de verdad, de que espero un niño.
Me asusta todo: que esté bien, que el parto sea cortito, que tenga la nariz demasiado grande (tendrías que ver la napia que tiene en las ecografías), que sea muy cabezón.... El embarazo te convierte en una persona obsesiva.
Fran, el padre, está encantado con la idea de tener un retoño. Y el resto de nuestra familia, también. Pero se llevan la palma al embobamiento, mi hermana y mi madre. A mi madre están a punto de contratarla como ayudante de ecográfo, porque es la única persona en el mundo capaz de ver todas las partes de un niño en una ecografía en la que el resto de los mortales no ven nada más que manchas.
Hemos pasado la etapa de búsqueda compulsiva de información en Internet. De la que hemos sacado algunas conclusiones:
  • Es mejor guiarse, casi exclusivamente, por las palabras del ginecólogo y olvidarte de lo que la gente escribe en la red, porque cada persona es un mundo y cada caso es diferente. No consigues más que asustarte, obsesionarte y volverte loco.
  • Puedes conseguir las canastillas más ridículas del mundo si te inscribes a determinadas páginas. Tendríais que ver los dos tarritos de gel que me han enviado por mensajería, eso sí, tamaño casa de muñeca Barbie.
  • Mi pareja es un excelente embarazado: se ha inscirto a una página y ahora le mandan todas las semanas unos correos electrónicos que comienzan diciendo: "Querido Fran, estás en tu semana XX. Ahora te encuentras pesado y el estómago..."
  • Todas las ruedas, de todos los carros del mundo, se giran hacia un lado, no existe el cochecito perfecto.
  • Todos los niños de las personas que escriben en los foros son los más guapos del mundo.
  • ..... y así podrías seguir, seguir, y seguir, y seguir....

Ahora estamos en la etapa de los fines de semana temáticos: Hemos terminado los dedicados a la ropa prmamá, al carrito y al dormitorio. El próximo será el dedicado a la cuna, la silla-auto, la minicuna y la bañera. El lunes comenzamos con obras en casa. Y el resto en septiembre, ¡ya está bien! Porque os aseguro que es mucho más difícil comprar un cochecito para bebé que comprarte un automóvil. Os lo prometo.

Dejo para el próximo día nuestras aventuras con el ginecólogo...

viernes, 17 de abril de 2009

Palito, palito.

Vivo en un pueblo y eso hace inevitable que constantemente pregunten a cualquier chica con pareja: "Y los niños... ¿para cuándo?" Nadie puede imaginar cuánto he oído esa pregunta y cuántas veces he respondido que nada de niños. Supongo que esa falta de instinto maternal fue lo que más me asustó cuando me di cuenta de que tenía una falta.
Pero, mejor empezar por el principio: Trabajo en un instituto en el que en esta temporada se ha puesto de moda el embarazo adolescente. Pues bien, a la salida de una clase, una chica de 14 años me pidió consejo muy asustada porque tenía un retraso de 2 semanas. Yo la tranquilicé, le comenté que a su edad la regla no era del todo regular y la animé a contárselo a alguien de su familia y a hacerse un test de embarazo. A partir de entonces la busqué todos los días para hablar con ella. Tardó 2 semanas en hacerse el test, que, afortunadamente, fue negativo. Fueron 14 días en los que no se alejó de mi pensamiento en un solo minuto. Supongo que no deberían afectarme tanto estas cosas, pero una nunca se inmuniza totalmente contra ellas, por muchos casos que vea.
Yo le daba el parte diario a mi pareja, le iba contando mis conversaciones con la chica y lo preocupada que me sentía. Me conoce mucho y entendió perfectamente por qué en este caso me sentía más implicada y mi preocupación era mayor. Así que nos sentamos frente a un calendario y empezamos a calcular la fecha de mi última regla y descubrimos 3 ó 4 días de retraso. Al día siguiente volvió del trabajo con un test de embarazo.
Yo estaba completamente convencida de que sería negativo, era tan improbable, era prácticamente imposible... Eso creía yo. Lo hicimos y él entró al baño a mirar el resultado. Y así tuve noticia de mi embarazo: "Ja, ja, ja, ja... palito, palito. ¡Ostia! ¡Qué si! Palito, palito"
No puedo decir que me entristeciera la noticia, en absoluto. Pero tampoco que me alegrara. Me bloqueó. No sabía qué sentía ni qué debía sentir, y empecé a llorar. Él me abrazaba con una sonrisa de oreja a oreja.
Tardé un día más en salir del estado de shok y en darme cuenta de la alegría que me producía tener un hijo. Ahora estoy feliz. Sigo estando asustada, me preocupa todo, pero también se ha instalado en mi cara una sonrisa de oreja a oreja.

martes, 31 de marzo de 2009

El retorno...

El domingo vino a casa mi hermana. Estábamos sentadas viendo por enésima vez en nuestra vida Los diez mandamientos, cuando me dijo: "¿Por qué ya no escribes en tu blog?" No supe qué responderle. Me comentó que había entrado, que lo había estado releyendo y que no entendía por qué Ana no volvía a ser Pinayara.
Yo tampoco lo entiendo.
Hoy me he atrevido de nuevo a tocar la puerta a Pinayara. La he encontrado vieja, triste, desfasada. Y me he dado cuenta de que ella no es así. De que no es justo que viva arrinconada desde hace más de un año, porque Ana, ahora más que nunca, la necesita.
Así que me he puesto manos a la obra. Hace tanto tiempo que no visto estas galas blogueras, que no sabía ni cómo se escribía una nueva entrada. Ahora, después de investigar un poquito, me encuentro frente al teclado con muchas cosas que contar y sin saber por dónde empezar.
Es justo que comience con un saludo a esos amigos que siempre me dejan comentarios y a los que tengo tan abandonados, GRACIAS. Y es lógico que continúe con una referencia al Chiki-Chiki, que no ganó Eurovisión. ¡Y no fue para tanto! Y, es necesario que agradezca a mi hermana el empujón internauta. Y, lo siguiente es dar un noticia: Voy a ser mamá.