Hace unos meses nos regalaron, a mi chico y a mi, uno de estos bonos que te permiten alojarte gratuitamente en un Parador (gracias Antonio), caducaba ese fin de semana, así que nos pusimos manos a la obra en busca de un lugar cercano y con disponibilidad inmediata. La búsqueda no nos fue lo bien que nos hubiera gustado, a esas alturas, el único Parador en 400 kilómetros a la redonda disponible era el de Puerto Lumbreras. Como se deduce de lo dicho hasta ahora, comprenderéis que el establecimiento no respondía, exactamente a lo que uno piensa que es un Parador, (Antonio, no te tomes la crítica al Parador como algo personal, sabes que puedes contar con nosotros cada vez que no sepas qué hacer con un bono de hotel): Está justo al lado de una carretera nacional que, en su reconstrucción se ha llevado prácticamente todo el jardín; el suelo de las habitaciones, por lo menos de la nuestra, no estaba recto, tal era la inclinación, que una de las patas de una de las dos camas, se quedaba en el aire; el hall necesita una urgente redecoración… en definitiva, que este no es precisamente el Parador idílico en el que uno encuentra la tranquilidad y el sosiego que no tiene en su vida cotidiana. Lo que si encontramos es la maravillosa cocina de los Paradores y el excelente trato de los que trabajan en ellos. En eso no hay distincion entre el de Puerto Lumbreras y cualquier otro.
De vuelta a casa, después de ver, en media hora la ciudad que nos alojaba, pasamos por Lorca. Habíamos oído muchas veces en la radio eso de “Lorca, ciudad medieval”, y nos picaba la curiosidad. Faltaban unos días para Semana Santa, y el pueblo estaba engalanado y las avenidas principales estaban llenas de palcos para ver las procesiones. No teníamos demasiado tiempo, de modo que nos pasamos por el “Centro de Visitantes”, un antiguo convento del siglo XVIII, allí una chica nos informó de lo mucho que su pueblo ofrecía al turista, y, como no teníamos demasiado tiempo para poder disfrutar de todo, fuimos directamente al castillo, a la Fortaleza del Sol.
Hacía un sol de justicia cuando llegamos al castillo, y la verdad es que creo que nosotros, junto con 2 grupos de amigos que vimos por allí, éramos los únicos visitantes. Como era temporada baja, con la entrada, que si no recuerdo mal costaba 3 euros, nos dieron un audioguía. Todos sabemos lo pesado que puede resultar el palo ese, y me da la sensación de que los encargados de la Fortaleza también lo saben, porque nos estuvo comentando la chica de recepción, que durante la temporada alta y en cualquier temporada, con motivo de excursiones escolares, el castillo se enseña de una manera bien distinta. Al parecer, tras pasar por el "túnel del tiempo" (una densa cortina de humo), apareces en la Edad Media, y son actores que recrean a los lugareños de antaño, los que te lo muestran y te cuentan historias que allí tuvieron lugar.
Alfonso X El Sabio comenzó la construcción de esta fortaleza que fue terminada en el siglo XIX. El único elemento que queda del siglo XII es la Torre Alfonsina que está en plena restauración. Si observáis la foto, veréis que detrás de ella hay una gran grúa, y es que tras ella se está construyendo un Parador Nacional. La recepcionista nos contó que al hacer los cimientos encontraron las ruinas de una sinagoga del siglo XII, y que estaban trabajando en ellas para que fueran visitables pasando por un pasillo desde el hotel que llevaría a la Torre.
En Lorca, no sólo están sabiendo aprovechar su patrimonio, desde el punto de vista turístico, sino que, además, lo están haciendo con gran originalidad. Nosotros tenemos pendiente una nueva visita a la Fortaleza del Sol ahora, en temporada alta. Además, sólo vimos de pasada su preciosa plaza y los bonitos edificios de la ciudad, de modo que, cuando esté hecho ese Parador que ahora está en construcción, si de nuevo tenemos suerte y nos vuelven a regalar el alojamiento de una noche, iremos a disfrutarlo en este futuro hotel que sí parece ser uno de esos hoteles en los que el viajero encuentra la forma de liberarse "del pesado fardo de sus preocupaciones".
3 comentarios:
No sé si os ocurre a vosotros, pero la guantera de mi coche es un estercolero que, de vez en cuando, hay que limpiar. El otro día decidí hacerlo y encontré las entradas de La Fortaleza del Sol, y el ticket no vale 3 euros, como yo creía recordar, sino 7. Siento el despiste.
Un saludo.
Espero poder regalaros infinidad de noches de hotel por toda la geografía española para leer después aquí esas descripciones visuales que haces del lugar.
Y yo espero que así sea.
Un beso.
Publicar un comentario