martes, 19 de enero de 2010

Andorra en verano.

Cuando pensamos en viajar a Andorra, nunca lo hacemos en verano. Relacionamos automáticamente Andorra e invierno, Andorra y nieve. Pero lo cierto es que este pequeño principado nos ofrece muchas posibilidades de diversión en verano.
Hace unos años decidimos pasar allí una semanita. No teníamos muy claro dónde ir, pero sí teníamos clarísimo que no nos queríamos gastar demasiado dinero y Andorra en verano es muy, muy, muy barato. No recuerdo cuánto dinero nos costó, pero sí os puedo decir que la reserva la tramitó una agencia de viajes y que nos alojamos en un hotel de cuatro estrellas en régimen de media pensión en pleno centro de Andorra la Vella. En la agencia nos ofrecieron packs de multiaventura, por un poquito más tenías la opción de hacer escalada, rafting, descenso de barrancos, vías ferratas... Nosotros, que queríamos más un viaje de relax que cualquier otra cosa, escogimos uno en el que la única aventura que entraba era la utilización de los telesillas y telecabinas de un par de estaciones de esquí. Decidimos que, si nos entraba el espíritu aventurero, allí buscaríamos qué hacer.
El viaje en coche fue precioso, una vez que pasas los secarrales levantinos y vas acercándote a los Pirineos el paisaje te regala estampas maravillosas. El paisaje de Andorra es precioso, nosotros disfrutamos caminando por la montaña, sentándonos a descansar a la sombra de los árboles que rodeaban a un río, visitando las pequeñas iglesias románicas que se conservan muy bien, fotografiándonos en los puentes de piedra, parando el coche en medio de la carretera para dejar pasar a las vacas... En definitiva, visitando las estaciones de esquí sin otra pretensión más que la de disfrutar de la naturaleza.
Pero hay una cosa que no se debe olvidar cuando uno está en la montaña: la cercanía del sol. Nosotros, acostumbrados a los cuarenta grados del verano alicantino, estábamos encantado con ese vientecillo frío que nos obligaba a ponernos una chaqueta. Recuerdo un día en el que visitamos unos lagos. Nos fuimos con la mochila cargada de bocatas para pasar el día allí. Lo acabamos en una farmacia, completamente quemados por el sol, comprando un after sun. Aquella fue la noche más romántica de mi vida: los dos tumbados en la cama, desnudos y cubiertos con toallas húmedas que enfriábamos en la nevera del minibar.
Mientras las chicas nos fuimos de compras -Andorra ofrece muchísimas posibilidades en ese sentido- los chicos decidieron hacer algo distinto. De modo que alquilaron unas bicicletas de montaña y se pasaron la mañana bajando con ellas las pistas de esquí. Llegaron al hotel agotados y asustados por lo que se consideraban allí "pistas fáciles". Eso nos hizo plantearnos que, quizás, la idea que se nos había ocurrido, hacer un descenso de barrancos, no era demasiado buena. Así que decidimos satisfacer nuestro deseo de aventura con una ruta en quad. Estuvo muy bien, porque las vistas del paisaje que ofrecían los lugares por los que pasábamos eran increíbles. Lo único negativo que puedo contar, y no es ninguna minucia, es que allí todos sabían conducir aquello menos nosotros, nos dejaron los últimos y casi nos despeñamos montaña abajo... dejémoslo ahí.
Andorra la Vella es una ciudad pequeñita, pero llena de tiendas y de bares. No se puede decir que tenga mucho ambiente nocturno, o por lo menos nosotros no lo encontramos, pero resulta agradable pasear de noche por sus calles. Y, aunque el gran encanto de la ciudad sea el shopping, Caldea no deja de ser un lugar maravilloso para visitar.
Caldea es frío, calor y descanso. Así nos lo definió una de las chicas que trabajaba allí. El otro día veía unas imágenes del balneario en invierno y estaba completamente lleno y masificado. En verano no había prácticamente nadie. No tenía el encanto de esa piscina de agua caliente al aire libre y rodeada de la nieve, pero podías entrar al baño turco sin tener que hacer una cola de dos horas y sin tener que quedarte pegado al sudor de tu compañero de al lado.
Ahora que pienso como una mami creo que Andorra es una buena opción para visitar con niños. Las estaciones de esquí se llenan de actividades para ellos: tirolina, paseos en bicicleta, senderismo, hinchables, gincanas... La naturaleza te ofrece la posibilidad de hacer excursiones en las que observar animales, plantas, ríos. La ciudad te ofrece la opción de las compras y el relax. ¿Qué más se puede pedir?
Supongo que información sobre el Principado, aquí tenéis un enlace con su oficina de turismo.

2 comentarios:

hotel de Sevilla dijo...

Me encantó Andorra... se puede hacer de todo allí. El paisaje es impresionante, y tan cerca de Francia, que es una tentacion.

buen post.

se ven felices!

saludos
Mar

Miguel dijo...

Un sitio ideal para viajar.
Andorra es especial.
Yo me quede en hotel con verdadero encanto entonces
www.acasacanut.com/ y volveria a visitarlo.
Saludos