Leí este libro por primera vez hace 2 ó 3 años. Durante ese verano llegaron a mis manos los "grandes éxitos editoriales del momento" (El último catón de Matilde Asensi, El Código da Vinci...), pero la verdad es que no me convenció ninguno de ellos, me parecieron, más que buenas novelas, buenos guiones de cine. Historias vacías que contaban lo que ocurría a unos personajes que parecían superhéroes en lugar de seres de carne y hueso. Relatos que se leen con avidez y que no invitan a la recreación lectora ni a la reflexión poslectora.
Fue mi amiga Verónica quien me lo regaló, y en su dedicatoria escribía, con cierto tono de escepticismo: "Espero que realmente el libro merezca tanto la pena como dicen". Y es que, ya se sabe, cuando nos machacan mucho con la idea de que algo es maravilloso, en el momento en que ese algo llega a nuestras manos suele defraudarnos muchísimo. Pero lo que ocurrió fue todo lo contrario.
Supongo que el mero hecho de que la novela comience haciendo referencia a un "Cementerio de Libros Olvidados" es algo que engancha a cualquier amante de la lectura. Pero lo interesante de La sombra del viento no es sólo eso: el retrato que ofrece de la Barcelona de posguerra, la amplia galería de personajes, la plasticidad de sus descripciones, los interesantes cambios de discurso, las historias cruzadas y paralelas... La intriga me enganchó y devoré la obra. La leí en 3 o 4 días y quedé embelesada, enamorada de la historia que contaba Zafón.
Me interesé por conocer más sobre su autor, Carlos Ruiz Zafón (aunque para ello no tuve que desentrañar oscuras y dolorosas historias como Daniel Sempere hace en su búsqueda de Julián Carax). Descubrí lo que todo el mundo sabe, que ésta es su primera novela para adultos y que pretende ser también la primera de una tetralogía sobre la Barcelona de posguerra; que ha escrito guiones de cine y novela juvenil; que le habían hecho ofertas para llevar la novela al cine y que no había aceptado. Pero descubrí también el gran negocio que en torno a este autor y a sus obras ha montado la editorial Planeta, que entre otras cosas ha comprado los derechos de sus novelas anteriores a editoriales que realizaban ediciones baratas que se leían en los institutos por alumnos de la ESO, y ahora las edita con un precio muy superior y con tapas duras. Muestra de este gran negocio es una página exclusiva de la obra con juego incluido a lo Harry Potter.
Ahora, más por obligación que por devoción, he releído la novela, y me ha vuelto a enganchar. Y aunque reconozco que esta vez me ha resultado un poco "folletinesca" y predecible, una novela en la que los malos son muy malos y los buenos muy buenos; me ha vuelto a conquistar el dominio de la prosa que demuestra su autor, el perfecto retrato de espacios, el lirismo en la expresión de los sentimientos, el acierto en la caracterización de los personajes... el buen sabor de boca que te deja su lectura y el sentimiento de agradecimiento ante un autor que no se deja llevar por la moda de griales, templarios, masones y evangelios apócrifos.
Fue mi amiga Verónica quien me lo regaló, y en su dedicatoria escribía, con cierto tono de escepticismo: "Espero que realmente el libro merezca tanto la pena como dicen". Y es que, ya se sabe, cuando nos machacan mucho con la idea de que algo es maravilloso, en el momento en que ese algo llega a nuestras manos suele defraudarnos muchísimo. Pero lo que ocurrió fue todo lo contrario.
Supongo que el mero hecho de que la novela comience haciendo referencia a un "Cementerio de Libros Olvidados" es algo que engancha a cualquier amante de la lectura. Pero lo interesante de La sombra del viento no es sólo eso: el retrato que ofrece de la Barcelona de posguerra, la amplia galería de personajes, la plasticidad de sus descripciones, los interesantes cambios de discurso, las historias cruzadas y paralelas... La intriga me enganchó y devoré la obra. La leí en 3 o 4 días y quedé embelesada, enamorada de la historia que contaba Zafón.
Me interesé por conocer más sobre su autor, Carlos Ruiz Zafón (aunque para ello no tuve que desentrañar oscuras y dolorosas historias como Daniel Sempere hace en su búsqueda de Julián Carax). Descubrí lo que todo el mundo sabe, que ésta es su primera novela para adultos y que pretende ser también la primera de una tetralogía sobre la Barcelona de posguerra; que ha escrito guiones de cine y novela juvenil; que le habían hecho ofertas para llevar la novela al cine y que no había aceptado. Pero descubrí también el gran negocio que en torno a este autor y a sus obras ha montado la editorial Planeta, que entre otras cosas ha comprado los derechos de sus novelas anteriores a editoriales que realizaban ediciones baratas que se leían en los institutos por alumnos de la ESO, y ahora las edita con un precio muy superior y con tapas duras. Muestra de este gran negocio es una página exclusiva de la obra con juego incluido a lo Harry Potter.
Ahora, más por obligación que por devoción, he releído la novela, y me ha vuelto a enganchar. Y aunque reconozco que esta vez me ha resultado un poco "folletinesca" y predecible, una novela en la que los malos son muy malos y los buenos muy buenos; me ha vuelto a conquistar el dominio de la prosa que demuestra su autor, el perfecto retrato de espacios, el lirismo en la expresión de los sentimientos, el acierto en la caracterización de los personajes... el buen sabor de boca que te deja su lectura y el sentimiento de agradecimiento ante un autor que no se deja llevar por la moda de griales, templarios, masones y evangelios apócrifos.
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